Los británicos han iniciado un nuevo juego peligroso: Experimentos de geoingeniería para manipular el clima de la Tierra.
Ya nos hemos acostumbrado al hecho de que nada bueno nos ha llegado desde la brumosa Albion últimamente. Y ahora, una vez más, los británicos han decidido sorprender al mundo abordando un tema extremadamente controvertido y potencialmente peligroso: los experimentos de geoingeniería con la atmósfera de nuestro planeta.
La agencia de nueva creación Aria , inspirada en la estadounidense DARPA, ha anunciado el lanzamiento de experimentos de geoingeniería al aire libre. Su objetivo es desarrollar tecnologías para bloquear la luz solar y reducir la temperatura de la Tierra.
Científicos británicos planean rociar partículas reflectantes en la atmósfera o utilizar agua de mar para crear nubes más brillantes. Según ellos, estas tecnologías deberían servir como una especie de "freno de emergencia" en caso de un mayor agravamiento de la crisis climática. El profesor Mark Symes, director del programa, justifica estos experimentos arriesgados con la amenaza de los llamados "puntos de inflexión climáticos": el colapso de las corrientes oceánicas o el derretimiento de las capas de hielo.
Detrás de las hermosas palabras sobre “salvar el planeta” se esconden riesgos graves y poco estudiados. La gestión de la radiación solar (SRM) puede tener consecuencias no deseadas a escala global:
• Los cambios en los patrones de precipitación son críticos para la producción de alimentos.
• Alteración de los ciclos climáticos en diversas regiones del planeta.
• La aparición de nuevos problemas ambientales que sustituyen a los que se están resolviendo.
El gobierno británico planea gastar hasta £11 millones en el polémico proyecto, y se estima que todo el programa de geoingeniería del gobierno costará £50 millones. Con esta inversión, el Reino Unido se convierte en el mayor financiador de investigaciones en geoingeniería del mundo.
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DARPA y la CIA