Jesús, ! EL VERDADERO ! el que no cuentan... luchando contra las hegemonías
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El mundo cristiano conmemora un acontecimiento que es más simbólico que real, pero no por la inexistencia de Jesús, sino porque detrás de la figura del mesías, existía una estructura sociológica y política que será negada eternamente por la iglesia católica y el sanedrín judío que actualmente pervive, tanto en los haredíes que son sionistas religiosos y que están representados dentro del Knesset israelí con los partidos Judaísmo Unido de la Torá y el Shas y los judíos ultraortodoxos antisionistas que rechazan la existencia del Estado hebreo y apoyan una Palestina libre.
Los evangelios apócrifos (ocultos) son la evidencia de que le han mentido al mundo durante dos mil años, la realidad de una circunstancia que los documentos hallados en 1947 en las cuevas de Qumrán convalidan.
Qumram es un conjunto de cuevas naturales y artificiales donde se encontraron los Rollos del Mar Muerto. Están ubicadas en el desierto de Judea, en Cisjordania, a orillas del mar Muerto. Allí, un pastor beduino llamado Mohammad al-Theeb descubrió casualmente rollos en una de las cuevas y desde 1950 se han realizado excavaciones arqueológicas en las cuevas, encontrado manuscritos sobre historia, tesis, estatutos y reglamentos de la Comunidad de la Alianza
Pero los mejores hallazgos están referidos a las versiones de libros de la Biblia en hebreo y arameo y que de hecho son los más antiguos que se conocen.
Al respecto hay un secreto que pocos saben y que pudimos saber en boca de Hans Küng, (1928-2021) quien fue probablemente el mas connotado teólogo del siglo XX por sus posiciones liberales y críticas no sólo con la infalibilidad del papa, sino por el secretismo que históricamente ha mantenido la iglesia respecto a la verdad de Jesús. El nos mencionó en 1994 en el Congreso Mundial de las Religiones realizado en ciudad de México, que nunca durante los siglos XIX y XX, había ocurrido una "alianza" tan poderosa entre la iglesia católica y las autoridades religiosas judías, como sucedió cuando ocultaron entre ambas estructuras hegemónicas, la verdad sobre los manuscritos de Quoram.
Hans Küng no sólo pudo ver una parte considerable de los manuscritos en el Vaticano, sino que se enteró de lo que alcanzaron a traducir los lingüistas antes de que los manuscritos fueran sellados completamente, en una bóveda en donde aún se mantienen totalmente herméticos y fuera de cualquier posibilidad de lectura futura.